Como quisiera poder compartir con ustedes todo lo que se mueve en mi interior al leerles, pero si lo hiciera creo que escribiría un libro. Son tantos conocimientos compartidos, tantas aportaciones que enriquecen los temas que vamos abordando, tantas experiencias con las que de una u otra manera me identifico y tantas reflexiones que me invitan a la reflexión y la acción que no sólo confirman sino reafirman mi convicción de que todos somos educadores/educandos.

Hoy, en este aquí-ahora me inunda un sentimiento profundo de gratitud a la vida por darme la oportunidad de crecer junto con este grupo del que aprendo, disfruto y paso a paso expande el horizonte de mi conciencia.

Experimento a la vez una gran esperanza de que el camino que emprendemos juntos, como holones que conforman un todo más amplio, centrado y consciente. Cada uno de nosotros, en su propio espacio y tiempo, vamos sembrando semillas que, con el tiempo, irán fructificando haciendo posible el cambio del paradigma educativo.

Un fuerte y amoroso abrazo,
Ana María.