Respuesta a: Lectura capítulo 5: la descripción de tu maestro inolvidable.


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María Laura
Invitado

Gracias Mar por tan bonito resumen!! David me has emocionado con la descripción de tu profe de literatura…snif snif
Mmm no sé cómo escribir sobre un maestro inolvidable en primera persona, voy a intentarlo.
Un gran maestro en relación con los vínculos con mis padres ha sido mi hermano. Él tiene la capacidad de llevarse bien, o decirles cosas Fuertes o muy directas sin pelearse con ellos. Yo por lo general me peleo, digo lo que tengo que decir pero pongo una distancia, una rupture. Él puede hacerlo pero con continuidad, no sé por qué eso siempre me ha llamado la atención.
Otro gran maestro durante la adolescencia o cuando comenzaba a salir al mundo y a decider qué quería hacer con mi vida fue Nicolás, el párroco de la parroquia de mi barrio. Nico me enseñó a vivir la fe sin castigos ni miedo a Dios, a ver todo lo que sabía desde una perspectiva nueva, desde la opción por los pobres, aunando lo social y lo spiritual, viviendo una fe que me parecía más coherente que la que había vivido en la escuela por ejemplo, donde sentía que las cosas iban por carriles separados.
Me enseñó mucho del trabajo en equipo, a coordinar grupos, a escuchar a los demás, trabajar con los diferentes, respetar los tiempos y pasos de otros, no querer que vayan a mis tiempos; o organizer y planificar tiempos enciuentros, materiales. Aprendí también de las luchas de poder y de las estructuras sociales e insitutcionales.
Hay muchos más, pero creo que desde la parte corporal, hay dos maestros que rescato especialmente Pamela y Gustavo. La primera fue mi profe de acrobacia en telas, me enseñó a mantener la calma frente a un ataque de llanto, me enseñó a no enojarme con mi cuerpo cuando algo me dolía o no me salía, me enseñó a enfrentar los miedos que la altura me generaba, a disfrutar de lo que lograba y que era importante mi participación a pesar de que yo insistía con que no. Gustavo fue mi maestro de yoga durante el instructorado y me enseño muchas cosas, por ejemplo, cómo hablar y sincerer los sentimientos del docente frente a lo que va pasando, a meditar con frecuencia y conexión, a vincular asana con todo, respiración, bandhas, dristhis, etc. Me enseñó a fluir y confiar en la conexión que no aúna a todos, muchas veces lleguaba a clases y él comenzaba con la frase que me había recorrido todo el día. Y por supuesto el trabajo, cuidado y conciencia del cuerpo.
Creo que el ejercicio de decirlo en primera persona apunta a que nos demos cuenta de que eso que aquellos maestros nos enseñaron ya estaba dentro nuestro y ellos solamente permitieron que lo viéramos reflejado y fuéramos consciente de ello. Gracias infinitas a cada uno de estos maestros, a todos lo que me faltan por nombrar y a la Vida que los puso en mi camino, gracias.